Profesores distintos como agua y aceite, no tenían nada en común pero como líquidos en un mismo envase pudieron enseñarnos más de lo que podía imaginar. El semestre pasado fue lleno de aprendizajes en parte tecnológica y dibujos a mano alzada. Los primeros trabajos consistían en dibujos a mano alzada, luego dibujos técnicos que eran más para saber cuánto sabíamos acerca de los dibujos arquitectónicos. Trabajos que me encantaron porque no solo se aprendía a cómo dibujarlo bien sino que se veían las diferentes técnicas de como hacer las cosas. Me interesó mucho la forma de pensar de nuestro profesor y nos impulsaba a hacer dibujos a mano alzada “dibujarle a tu cliente como ves las cosas” entre un cliente y tú cómo arquitecto pueden existir limitaciones a nivel de lenguaje y el cliente no entender de lo que le hablas pero si se lo dibujas y le enseñas lo que quieres que vea y entienda, la conversación tendrá más éxito.
Por otro lado se encuentra lo estético que se le da a un proyecto y la forma de venderlo que para eso se necesita saber de programas, editar, paletas de colores, cosas que atraigan a un futuro cliente. Nuestro team teaching consistía del profesor a la antigua y el joven que todo lo resolvía con tecnología y que lo veía todo más allá del dibujo a mano alzada y del blanco y negro. Esa mezcla fue interesante y pude aprender muchísimo de ambos, excelentes profesores y muy buena química con los estudiantes. Esa fue una de las clases que llegas sabiendo un 5% y sales con más del 50% de lo que esperabas aprender, sin duda el primer semestre de segundo año fue difícil pero no imposible, y me llevé más conocimiento del que esperaba. Sera uno de los semestres que no olvidaré.
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